Nate Saint

Nate Saint fue un misionero cristiano y aviador estadounidense que dedicó su vida a llevar el mensaje del evangelio a comunidades indígenas remotas en América del Sur.

Nacido el 30 de agosto de 1923 en una familia cristiana en Pensacola, Florida, desde una edad temprana mostró un gran interés por la aviación.

Después de completar su formación como piloto, Nate se unió a la organización misionera Mission Aviation Fellowship (MAF) en 1948, donde combinó sus habilidades de vuelo con su pasión por compartir el amor de Cristo.

A lo largo de su carrera, Nate Saint se convirtió en una figura emblemática del servicio misionero, su sacrificio y dedicación inspiraron a muchos a seguir sus pasos en el trabajo de llevar esperanza y fe a aquellos que más lo necesitan.

La familia de Nate Saint

La esposa de Nate Saint, Marjorie Saint, desempeñó un papel fundamental en la vida y la misión de su esposo. Marjorie Saint fue una misionera cristiana y apoyó a Nate en su trabajo en Ecuador.

La pareja se conoció mientras estudiaban en la Universidad de Wheaton y se casaron en 1948. Juntos, se unieron a la organización misionera Wycliffe Bible Translators y se trasladaron a Ecuador en 1950.

Marjorie acompañó a Nate en su misión de alcanzar a los Waorani, una tribu indígena aislada en la selva amazónica.

Juntos, trabajaron para establecer relaciones con los Waorani y compartir el mensaje del evangelio.

Trágicamente, en 1956, Nate y otros cuatro misioneros fueron asesinados por miembros de la tribu Waorani. Esta tragedia conmovió a la comunidad misionera y al mundo entero.

Después de la muerte de Nate, Marjorie continuó su labor como misionera en Ecuador y se convirtió en una inspiración para muchos. Siguió trabajando con los Waorani y otros grupos indígenas, compartiendo el amor de Cristo y ayudando en labores de traducción de la Biblia.

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Marjorie Saint fue una mujer valiente y dedicada, que demostró una gran fortaleza y fe en medio de la adversidad. Su testimonio es un recordatorio de que el llamado misionero es un compromiso de por vida, que requiere sacrificio y entrega total.

La historia de Nate Saint y su esposa Marjorie nos desafía a reflexionar sobre nuestro propio compromiso con la obra misionera y cómo podemos seguir su ejemplo de amor, dedicación y valentía al compartir el mensaje de salvación con aquellos que aún no lo han escuchado.

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